¿Cómo puedo participar en el diseño de mi vivienda?
En la gran mayoría de las viviendas de nuestro país, sus habitantes no han tenido la oportunidad de intervenir en la fase de diseño para adaptar la casa a sus necesidades, cuando resulta mucho menos costoso modificar el proyecto que modificar la vivienda mediante obras. Muchos profesionales han desarrollado formas de trabajo que organizan el proceso de diseño facilitando la participación de los habitantes.
El papel del arquitecto/a
Los casos en que los usuarios pueden influir en el diseño suelen ser las situaciones de autopromoción (tanto en las clases medias-altas que contratan un arquitecto como en la autoconstrucción popular) y algunos casos de promoción pública como las ayudas a la rehabilitación. Pero aun cuando existe trato directo entre el diseñador y los habitantes, no hay garantía de que se dé una implicación adecuada en el proyecto. Lo aconsejable es contar con un técnico formado en diseño participativo, o al menos con la suficiente sensibilidad, consciencia de su misión profesional y capacidad de diálogo para conjugar el conocimiento técnico -experto en diseñar espacios- como el conocimiento de la gente -experta, como mínimo, en saber cómo desea vivir. Compartimos la opinión de Rodolfo Livingston de que “el diseño basado solamente en los valores sostenidos por el cliente está tan lejos de constituir un servicio a los usuarios como el diseño que se basa solamente en la experiencia profesional”. No obstante, aquí vamos a dar algunas claves y referencias bibliográficas que al menos sirvan como orientación en los pasos generales del proceso de diseño.
Niveles de participación
Numerosos autores han propuesto la imagen de una escalera para señalar las diferencias entre los distintos peldaños que puede ocupar una concepción ‘participativa’ de la gestión de un proyecto. En todos los casos tratan de dibujar un gradiente que transita desde los modelos de gestión no participativos hasta los modelos más emancipadores, en los que el conjunto de la ciudadanía es una parte plenamente activa en la toma de decisiones.
Aquí vamos a definir cuatro escalones:
¿Por qué nos interesa conocer formas de participación en el diseño?
Es conveniente saber cómo podemos participar en el diseño de nuestras viviendas por varios motivos:
Una participación satisfactoria de los usuarios en el diseño de la vivienda no es algo que se alcance de forma fácil y espontánea, requiere desvelar y gestionar los conflictos.
En general ni los profesionales ni los usuarios tenemos una formación específica en participación. Pero debemos saber que existen métodos y técnicas que nos pueden ayudar en el camino.
El diseño de la vivienda es un proceso de toma de decisiones del que resulta un producto que es el proyecto. Este proceso se debe planificar y gestionar adecuadamente para favorecer los acuerdos colectivos.
Las fases generales del proceso de diseño
El diseño participativo, como todo proceso creativo, consta de cuatro etapas que conforman un ciclo y se van repitiendo para cada tema de diseño. En la práctica no se dan de forma estrictamente lineal sino que puede ser más desordenado de lo que aquí se cuenta, las fases se superponen y se dan saltos atrás y adelante... pero lo que importa es conocer el proceso global. Las etapas son estas:
Etapa 1. Aproximación al problema. Se ocupa de la identificación previa del problema, la conformación del grupo de trabajo y se hace una definición inicial de intereses y prioridades, todavía a nivel muy general.
Etapa 2. Investigación y construcción de criterios. Comprende la recopilación y análisis de toda la información que se estime necesaria, relativa a tres grandes temas:
El lugar donde se hará el proyecto. Se trata de información de cierta especificidad técnica: ambiental, normativa, geológica, urbanística, legal, constructiva,...
Los destinatarios de la vivienda. Información sobre las necesidades y deseos de los habitantes. Es un tema central de este capítulo, ya que es cuando se van a definir las aspiraciones colectivas del grupo, presentes y futuras; y además está conectado con otros temas, ya que las decisiones de diseño pueden tener implicaciones de gestión y viceversa.
Los recursos disponibles. Información sobre los recursos del grupo: económicos, tiempo, disponibilidad, saberes y habilidades, predisposición, apoyos externos...
De estas tres fuentes obtendremos lo que tradicionalmente se ha conocido como el Programa de necesidades del proyecto. No obstante, como nos dice Edgar Morin, conviene pensar no en términos de un ‘programa’ cerrado de los requerimientos actuales, sino en términos de una 'estrategia' de requerimientos abiertos y flexibles. Esto tiene que ver con la adaptabilidad de la vivienda.
De aquí saldrán los criterios que después me servirán para evaluar el grado de satisfacción de las distintas opciones de diseño.
Etapa 3. Estudio de opciones de diseño. Ahora se abre la veda de la creatividad y se generan las distintas soluciones de diseño que se nos ocurra. Se trata de un tanteo de anteproyectos. Es el momento en que el arquitecto debe poner en carga con mayor énfasis su formación específica como proyectista. Es importante generar un cierto abanico de opciones para reconocer y discutir distintas vías de solución.
Etapa 4. Resolución y ajustes. Las distintas soluciones que han salido se confrontan con los criterios que se definieron en la etapa 2 y se evalúa cuál o cuáles de ellas los satisfacen mejor. La solución final puede terminar siendo una combinación de las opciones que salieron en primera instancia, con ajustes finales.
Distintos enfoques de la participación del usuario en arquitectura
A lo largo del último medio siglo, los arquitectos han ideado distintas aproximaciones al diseño participativo. Para explicarlos a grandes rasgos, básicamente se pueden englobar en dos grandes corrientes: aquellos en los que el arquitecto acerca al usuario la actividad de proyectar, que para abreviar aquí llamaremos métodos proyectuales, y aquellos en los que el arquitecto pone el acento en entablar un diálogo lo más fructífero posible con sus clientes y que llamaremos métodos dialógicos. Esta es solo una forma de explicarlo, porque en la práctica estas dos ‘familias’ no están tan separadas y de hecho son complementarias.
Métodos basados en estrategias de proyecto
Se crea un sistema de diseño que se pone a disposición del usuario, en el que hay elementos de la vivienda fijos y elementos manipulables a su elección. El arquitecto aporta su conocimiento en la concepción del sistema y sus leyes combinatorias.
Características
Se prestan especialmente a proyectos de vivienda colectiva o conjuntos de viviendas.
Dentro de las reglas de juego que plantea el método, permite operar al grupo de habitantes con cierta autonomía.
Lo anterior implica que, en ciertos casos en el que el arquitecto no conoce a los futuros residentes, el proyecto puede plantear algún grado de adaptabilidad.
El juego de opciones está predeterminado por el sistema que ideó el arquitecto, se participa por elección entre una gama de soluciones pre-existentes, por más que ésta sea amplia.
Facilitan la participación de los usuarios en la etapa de generación de opciones, pero no desarrollan expresamente un procedimiento para el proceso de construcción de criterios.
Se prestan más a proyectos de nueva planta y son más limitados para rehabilitación.
Ejemplos
John Habraken y su Sistema de Soportes y Aportes,
Cristopher Alexander y su Lenguaje de Patrones,
Yona Friedman y su Máquina de escribir viviendas, o
Cubría-Di Paula- Kruk y su Programa Generador de viviendas.
Métodos basados en el diálogo entre actores
Se traza un itinerario del proceso de diseño en el que, en cada momento, utilizan técnicas que propician el diálogo de los usuarios entre sí y con el técnico para ir alcanzando acuerdos entre las partes.
Características
Facilitan la participación de los usuarios a lo largo de todo el proceso, tanto la construcción de criterios (definir la estrategia de la vivienda) como la generación de opciones de diseño.
Se prestan tanto a proyectos de nueva planta como de reforma.
No existe un marco preconcebido de decisiones de proyecto, son métodos pensados para un trabajo conjunto y continuo entre técnicos y pobladores.
Ejemplos
Método por Generación de Opciones, de Hanno Weber y Michael Pyatock.
Síntesis de la secuencia metodológica del diseño participativo, de Mª Bernabela Pelli
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