Vivir en una gran ciudad
Las grandes ciudades, podríamos definirlas como de más de 50.000 habitantes, tienen una estructura más compleja. Tienen muchos más servicios para cubrir nuestras necesidades, como hospitales, institutos y algunas hasta universidades. En este entorno las relaciones personales son, en general, más individualistas y la construcción de comunidad es más complicada pero más rica y consta de redes más complejas.
Ventajas e inconvenientes
Servicios y equipamientos
En una gran ciudad dispondremos de todos o la mayor parte de los servicios que necesitemos, pero la relación con aquellos que nos los ofrecen tenderá a ser más impersonal. Por otro lado puede que estos servicios se encuentren en la ciudad pero que tengamos que desplazarnos para llegar a ellos.
En términos generales, y a pesar de los avances en la materia, todavía la distribución de tareas domésticas y de cuidado hace que las mujeres hagan un uso más intensivo de los centros de salud, colegios, zonas comerciales, etc. La presencia de servicios públicos accesibles a pie o en transporte público resulta pues de especial interés desde una perspectiva de género. Ir al médico, al colegio, a hacer la compra y al trabajo debe poder realizarse en el menor espacio de tiempo posible y de la forma más sencilla y accesible. Las dotaciones públicas en este sentido son muy importantes, especialmente para aquellas mujeres que trabajan también fuera de casa y disponen de poco tiempo libre para realizar las otras funciones que a menudo asumen en el seno del hogar. La calidad de los servicios públicos, el tiempo de espera y una atención al público facilitan las tareas cotidianas de las familias, y ayudan en su quehacer diario, sobre todo para las que cuentan con poco tiempo y pocos recursos.
Transporte
En una ciudad, ya sea grande o pequeña dispondremos de medios de transporte colectivo que pueden facilitarnos el acceso a los equipamientos y al lugar de trabajo, así cómo conectarnos con los pueblos del entorno. También acostumbran a existir servicios de alquiler de vehículos, o sistemas de compartir vehículos (tipo car-sharing) que nos facilitaran el disponer de un vehículo para desplazamientos puntuales sin necesidad de disponer de un vehículo privado.
En distintas ciudades españolas también se está extendiendo un sistema de alquiler público de bicicletas que nos permite su uso por períodos cortos de tiempo (30 minutos - 1h hora) a un precio económico.
En las grandes ciudades puede ser necesario recorrer grandes distancias, pero acostumbran a estar mejor pensadas para los desplazamientos a pie.
Movilidad y mujeres
Una de las cuestiones clave en el diseño urbano es la movilidad. Las ciudades se han pensado bajo la premisa del trayecto hogar-trabajo, realizado básicamente por el hombre en transporte privado. Incluso las redes de transporte público se han ideado en función de este trayecto lineal.
Sin embargo, una planificación de la ciudad que tenga en cuenta los desplazamientos de las mujeres debe desarrollar una red de transporte público que permita enlazar fácilmente la casa con el colegio de los niños/as, con el médico, el trabajo, los lugares de compras... Esta red debe facilitar el movimiento entre los distintos espacios de cotidianidad, sin necesidad de realizar demasiados transbordos ni de perder mucho tiempo en la espera. Las ciudades compactas con una importante dotación de servicios públicos resultan más cómodas para las mujeres, que no solamente se desplazan al trabajo sino que también deben llevar a cabo estas tareas de cuidados y atención a mayores y menores. La existencia de barrios monofuncionales, como las ciudades dormitorio, dificulta en gran medida el acceso a servicios básicos y eterniza los desplazamientos por la ciudad, a la vez que limita los espacios de convivencia de los barrios y distritos.
Accesibilidad y mujeres
Muy relacionada con la movilidad, la accesibilidad a los distintos servicios públicos es de gran importancia para la mujer. Además de una buena red de transporte público, las calles y centros públicos deben estar preparados para el acceso de personas con diversidad funcional. Esto implica la eliminación de barreras arquitectónicas que impidan el paso de personas con silla de ruedas, o facilitar el acceso a personas con carrito de bebés o de la compra.
En el modelo de familia actual es frecuente que sean las mujeres las que se encarguen de las tareas de cuidado, aunque es cierto que cada vez más los hombres están asumiendo responsabilidades en este sentido. Sin embargo, siguen siendo mayoritariamente las mujeres las que asumen más a menudo funciones como acompañar al médico a los mayores a su cargo o llevar los niños/as al colegio o al parque. A ello se le debe añadir la compra para la casa, por lo que el peso que debe transportar una mujer, junto con el acompañamiento de niños/as o mayores con carritos o sillas de rueda, hace que necesite espacios amplios por los que desplazarse y que sean de fácil acceso, así como aceras anchas y libres de obstáculos.
Trabajo
En las ciudades será más sencillo encontrar trabajo en la misma localidad donde residimos y su acceso será más fácil. No obstante también será fácil el acceso a los pueblos u otras ciudades de los alrededores ya que el transporte está pensado con la lógica del trabajo productivo.
Abastecimiento
En las grandes ciudades dispondremos de todo aquello que necesitemos, ya sean bienes o servicios, y normalmente dispondremos de una amplia oferta para conseguirlo. Así si necesitamos productos especializados (ya sea por temas de salud, ideología, etc) en una gran ciudad es donde nos será más fácil conseguirlo. En cualquier caso, para conseguir estos productos, normalmente será necesario comprarlos ya que el autoabastecimiento será difícil. No obstante, ya existen iniciativas que nos permiten, de forma individual o colectiva abastecernos de bienes y servicios al margen del sistema comercial tradicional. Así podemos hacer nuestro propio huerto urbano y construirlo con nuestra comunidad, crear una cooperativa de alimentos, un banco del tiempo donde intercambiarnos servicios o un mercado de intercambio donde intercambiar bienes.
Convivencia
Las grandes ciudades nos ofrecen grandes posibilidades de convivencia a partir del intercambio con las personas que nos rodean. Existen tantos modelos de convivencia como comunidades, pero normalmente se agruparan entorno a la idea de cohousing, es decir del compartir espacios y otros aspectos relacionados con la vida en común cómo la gestión de las propias viviendas, la generación de energia o la economía
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