Paralización de desahucios

Durante la última década, muchas familias con una solvencia económica limitada, ante la falta de otras alternativas y bajo incentivos fiscales y sociales, solicitaron créditos hipotecarios para acceder a su vivienda. La amortización de las hipotecas supone en muchos casos un esfuerzo salarial muy por encima de lo recomendado, provocando una situación muy difícil en estas familias, pero con la crisis económica y el desempleo, esta situación se convierte en un verdadero drama social, realizándose desde 2007 más de 350.000 ejecuciones hipotecarias que han dejado a cientos de miles de familia en la calle.

Con el objetivo de paralizar el desahucio de las familias a las cuales se le ha subastado la vivienda, se convocan concentraciones pacíficas de ciudadanos/as, de manera que la comitiva judicial y la procuraduría del banco no puedan acceder a la vivienda y decidan suspender el desahucio. De esta forma se puede disponer de más tiempo para presionar a la entidad bancaria y a la Administración para buscar una solución (dación en pago, un régimen de alquiler asequible y/o el realojo en otra vivienda).